Un estudio de participación murciana, señala que beber diariamente aumenta el riesgo de obesidad abdominal.
Los amantes de la cerveza suelen recurrir a la tranquilizadora idea de que lo que engorda no es su bebida preferida, sino los aperitivos. Pero un estudio con participación murciana, que acaba de publicar el ‘European Journal of Clinical Nutrition’, echa por tierra esta popular teoría. El consumo diario -especialmente cuando se llega a los tres vasos- aumenta el riesgo de obesidad abdominal. Con el vino también se incrementan las probabilidades de engordar, pero menos.
A estas conclusiones no se ha llegado de cualquier manera. Grupos de investigación de toda Europa -entre ellos el servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad, que dirige Carmen Navarro- han analizado el perímetro abdominal de 258.177 individuos que desde los años 90 participan en el conocido como proyecto EPIC, un estudio que ha permitido recoger millones de datos relacionados fundamentalmente con cáncer y nutrición. Las posibilidades de esta inmensa cantidad de información son inagotables, y la publicación del ‘European Journal of Clinical Nutrition’ es tan solo una muestra más. Los científicos han comparado la obesidad abdominal de estos individuos con sus respuestas a una encuesta sobre consumo de alcohol a lo largo de su vida. Los epidemiólogos de la Región de Murcia han contribuido con la nada desdeñable cifra de 8.517 individuos. Las conclusiones apuntan a una correlación bastante clara. Los hombres que consumen tres o más vasos de cerveza diariamente a lo largo de su vida aumentan el riesgo de padecer obesidad abdominal un 50%, explica la doctora María Dolores Chirlaque, del servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad. Quienes beben una o dos cervezas al día también aumentan la probabilidad de obesidad, pero en menor grado (un 15%). En el caso de las mujeres, quienes consumen uno o dos vasos diarios de manera prolongada en el tiempo tienen ligeramente más riesgo que quienes beben solo medio vaso. Quienes llegan a tres consumiciones diarias duplican las probabilidades.
El vino tiene menos riesgo
Los riesgos son menores entre quienes beben vino, aunque no desaparecen. Así, a partir de los tres vasos diarios las mujeres incrementan un 60% sus posibilidades de tener sobrepeso abdominal. En varones, el porcentaje cae hasta situarse en el 28%.
El estudio en el que participa el servicio de Epidemiología murciano no es el primero que aborda la relación entre obesidad y alcohol, pero sí «es el único realizado hasta la fecha que analiza el consumo en una amplia muestra de personas adultas de diferentes regiones europeas» y examina el impacto «de la exposición durante mucho tiempo al alcohol», explica María Dolores Chirlaque. Habitualmente, se pregunta a las personas que participan en este tipo de estudios sobre sus hábitos durante un periodo relativamente corto anterior a la encuesta. Sin embargo, en esta ocasión se les interrogó sobre su relación con el alcohol a lo largo de toda su vida, en las diferentes etapas de juventud y edad adulta.