Los obesos con diabetes tipo 2 tienen poca glucosa en el cerebro: ¿por eso comen más?
Los niveles de glucosa se reducen en los cerebros de las personas con obesidad y diabetes tipo 2, en comparación con los individuos delgados, según un estudio de investigadores de la Universidad de Yale. El hallazgo podría explicar el comportamiento alimentario desordenado, e incluso un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer, entre las personas obesas y diabéticas. Tanto la obesidad como la diabetes tipo 2 están relacionadas con la disminución del metabolismo en el cerebro. Este “hipometabolismo” también está asociado con la enfermedad de Alzheimer, pero los investigadores no han identificado por qué. El equipo de Yale estudió los niveles de glucosa en el cerebro en tres grupos diferentes de adultos: nueve participantes sanos, diez participantes obesos no diabéticos y seis mal controlados, tratados con insulina y metformina.El método empleado de medición fue una espectroscopia de resonancia magnética en el lóbulo occipital, comparando la glucemia en el cerebro frente a la glucemia en sangre en ese mismo momento, durante una franja horaria de 2 horas en la que les provocaron hiperglucemia dándoles de comer. El cambio en la glucosa intracerebral fue significativamente diferente entre los grupos después de controlar la edad y el sexo, a pesar de los niveles de glucosa en sangre (plasmática) similares al inicio y durante la hiperglucemia. En comparación con los participantes delgados, los incrementos de glucosa en el cerebro fueron menores en los participantes con obesidad y diabetes mellitus tipo 2. Estos datos sugieren que la obesidad y la diabetes tipo 2 mal controlada disminuyen progresivamente las respuestas de la glucosa cerebral a la hiperglucemia, lo que tiene implicaciones importantes para comprender no solo el comportamiento de alimentación alterado, sino también las consecuencias neurocognitivas adversas asociadas con la obesidad y la DM2. Los obesos con diabetes tipo 2 tienen una disminución de la entrada de glucosa en el cerebro. En este estudio se muestra como las personas delgadas -que tienen más entrada de glucosa al cerebro- también se sienten más saciadas que las obesas. Esto establece una hipótesis muy interesante: sabemos que la glucosa es la señal más primitiva y potente para el cerebro de que has comido. ¿Podría ser que las personas obesas no estén recibiendo suficiente azúcar en el cerebro, y al no detectarlo, sigan sintiendo hambre? Espero que os haya resultado interesante.Saludos a todos.(Nota: como algún paciente me lo ha pedido, ahí va el artículo original)
Fuente: https://insight.jci.org/articles/view/95913.