Adelgazar en compañía. El contacto personal con un profesional ayuda a perder kilos y a mantenerse en el peso más saludable tras el adelgazamiento. Enero es el mes que invoca a las dietas, al deseo o necesidad de adelgazar para que el cuerpo recupere el tono y la forma que ha perdido tras los días de desenfreno navideño. Hay quienes se sienten con suficiente fuerza de voluntad como para volver a los buenos hábitos alimentarios y de vida para perder los pocos kilos ganados. Pero también hay quienes comprenden que su adelgazamiento es más complejo y costoso en el tiempo y confían su salud a dietistas-nutricionistas, expertos que les apoyarán durante todo el periodo que dure el tratamiento, tanto el adelgazamiento como el mantenimiento. El hecho de adelgazar conlleva no sólo cambiar unas costumbres alimentarias, sino también unos hábitos de vida fraguados durante años. La tarea de trabajar la voluntad puede llegar a ser la parte más difícil de un tratamiento de pérdida de peso corporal. Por ello, los conocimientos científicos y la motivación son algunas de las claves que aporta el dietista-nutricionista y que pueden ser la semilla del éxito del equipo formado por el cliente y el profesional. En un estudio publicado recientemente en el «Journal of the American Medical Association» se demuestra cómo el apoyo profesional y un entorno favorable son dos factores que ayudan en gran medida a la pérdida de peso y a la difícil tarea de mantener los objetivos logrados. EL CONTACTO HUMANO En la investigación, realizada por expertos de diversos centros de investigación y universidades estadounidenses, como el Duke University Medical Center, el Center for Health Research en Portland, el Pennington Biomedical Research Center, el National Heart, Lung and Blood Institute en Bethesda, y las universidades Johns Hopkins, North Carolina, Texas Medical Branch y la de Alabama, se ayudó a perder peso a más de mil personas. Todos los participantes tenían algún problema de salud como exceso de peso, hipertensión arterial y hipercolesterolemia. Los planes de acción del tratamiento fueron 180 minutos semanales de ejercicio físico, la reducción de la ingesta de calorías y la adopción de la dieta DASH (sigla en inglés de métodos dietéticos para frenar la hipertensión). El objetivo del adelgazamiento semanal fue de entre 0,450 y 0,900 kilos, y la pérdida promedio de peso durante los seis meses que duró la primera fase del estudio estuvo ligeramente por debajo de los 8,6 kilos. Una vez conseguido el adelgazamiento, se inició la segunda fase de la investigación, en la que se dividió a todos los individuos en tres grupos diferentes, que fueron observados durante 30 meses. Un primer grupo recibió apoyo profesional con una regularidad mensual; el segundo grupo tuvo acceso ilimitado a una página web de adelgazamiento diseñada por el equipo de investigación y el tercero no recibió ningún tipo de apoyo. De todos ellos, fueron los primeros los que menos peso recuperaron, seguidos de los que consultaron la página web especializada. Las personas que no fueron ayudadas son las que quedaron peor paradas, recuperando gran parte del peso que lograron perder durante la primera fase del estudio. Los propios investigadores destacan la importancia de rodearse de un entorno que ayude a conseguir la meta y acudir a profesionales que influyan a hacer posible la pérdida de grasa corporal. Según declaraciones de Laura Svetkey, autora del estudio y profesora de medicina del Centro Médico de la Universidad de Duke, «hay algo que tiene el contacto humano que parece crear una gran diferencia (en la pérdida y mantenimiento del peso)». TRES CLAVES PARA PERDER PESO Y NO RECUPERARLO La labor del especialista en nutrición se centra en la ayuda directa. Se podría decir que hace las funciones de un entrenador que enseña, orienta y motiva a su cliente. La búsqueda del camino más eficaz para alcanzar los objetivos fijados, usando los recursos propios y las habilidades de la persona interesada, puede ser un buen método para perder grasa y sobre todo para mantener el peso corporal durante mucho tiempo. Juan Madrid Conesa, médico endocrinólogo, especialista en nutrición y autor de varios libros que tratan el tema del adelgazamiento, considera que para que una persona obesa pierda peso y no lo recupere se han de dar tres circunstancias: conocimientos, convencimiento y motivación. Los conocimientos sobre alimentación y nutrición que el especialista puede transmitir tienen que convertirse en una herramienta útil que sirva para mejorar la salud. La persona tiene que APRENDER a comer para ser capaz de perder grasa corporal; confeccionar su propia dieta, conocer las calorías y los nutrientes de los alimentos que le gustan, comprar adecuadamente y saber elegir sus menús de cada día, tanto dentro como fuera de casa. El convencimiento de que el tratamiento va a salir bien es fundamental y para que se dé el especialista ha de crear sólidos pilares en los que éste se sustente. La fijación de unos objetivos realistas y factibles, y el diseño de una estrategia personalizada para alcanzarlos son muy importantes. También es imprescindible contar con posibles desviaciones del camino prefijado; puede ser una buena previsión que evite vivencias de fracaso que induzcan al abandono. MOTIVOS PARA EMPEZAR Los estímulos que llevan a la persona a realizar un cambio de hábitos alimentarios y de estilo de vida, y persistir en el cambio hasta su culminación son las palancas que mueven la voluntad. La motivación para adelgazar puede ser estética, de salud o de otra índole. Las tendencias de la moda, el diagnóstico de una enfermedad cardiovascular o el deseo de sentirse mejor con uno mismo pueden ser la chispa que ponga en marcha la maquinaria de la voluntad. Si el especialista que acompaña a la persona en este largo camino es capaz de encontrar y mesurar estos estímulos, se habrá iniciado la capacidad para llevar a cabo las acciones contrarias a las tendencias erróneas que se han practicado hasta el momento. El motivo principal por el que se quiere adelgazar es una referencia a la que el profesional y su cliente podrán acudir en los momentos difíciles del tratamiento. Además, es labor de este entrenador el informar sobre los otros beneficios que reporta la pérdida de grasa y que se pueden convertir en más motivos estimulantes. La pérdida del 10% del peso corporal inicial reduce en gran medida las alteraciones metabólicas secundarias a la obesidad. Perder estos kilos normalmente se convierte en un estímulo más: mejora la movilidad, disminuye la talla de ropa y proporciona una vivencia de bienestar. Fuente: Consumer.es