El hallazgo podría conducir a nuevos medicamentos para combatir la obesidad, señala un estudio.
Un compuesto químico que se produce en el cerebro podría jugar un papel en la regulación del apetito y en la probabilidad de que una persona se vuelva obesa, de acuerdo con un estudio reciente.
Para el estudio, los investigadores analizaron a un grupo de 33 personas que tenían el síndrome de WAGR, una afección genética que ocurre en una de cada 500,000 a un millón de personas. El WAGR es un acrónimo para los síntomas que acompañan la afección: el tumor de Wilms (tumor de los riñones), aniridia (ausencia del iris), anormalidades en los genitales y el tracto urinario y retraso mental.
Algunas personas con el síndrome de WAGR carecen de un gen para el compuesto químico cerebral, el factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC). Estudios en animales sugieren que el FNDC podría ayudar a controlar el apetito y el peso.
Los investigadores hallaron que 19 (58 por ciento) de los 33 participantes del estudio habían suprimido toda o una proporción importante de una copia del gen para el FNDC y que tenían niveles correspondientemente bajos de FNDC.
Estos 19 participantes eran obesos a los 10 años y tenían una fuerte tendencia a comer en exceso. Los participantes que tenían dos copias en activo del gen FNDC, por otra parte, no eran más propensos a la obesidad en la infancia que los niños de la población general y no reportaron niveles inusualmente altos de comer en exceso.
De acuerdo con el autor principal del estudio, el Dr. Jack A. Yanovski, de la Unidad de desarrollo y obesidad del NICHD, se cree que el FNDC actúa en combinación con una variedad de otras sustancias que regulan el apetito y el peso corporal, incluida la leptina, la hormona de señalización del apetito.
Investigaciones futuras que analicen la relación entre el FNDC y la leptina podrían conducir al desarrollo de nuevas terapias para la obesidad.
Fuente: Medline Plus