No se podrá vender ningún producto con un aporte excesivo de grasas, sal y azúcares
El Congreso de los Diputados ha aprobado hoy de forma definitiva la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que prácticamente destierra las chucherías, los aperitivos salados, la bollería industrial y los refrescos de las cafeterías y máquinas expendedoras de colegios e institutos. La norma prohíbe la venta de alimentos y bebidas con un alto contenido en ácidos grasos trans, ácidos grasos saturados, sal y azúcares. El objetivo es frenar el aumento de la obesidad infantil en España, que está llegando a niveles alarmantes: uno de cada cuatro niños padece sobrepeso u obesidad, según datos del Ministerio de Sanidad. Con la entrada en vigor de la ley, tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado, los refrescos quedarán limitados de forma drástica en las escuelas. Tanto en las máquinas expendedoras como en las cantinas no estará permitida la venta de productos que no cumplan unos determinados criterios nutricionales. Será el reglamento que desarrolle la ley el que precise cuáles estarán vetados, pero parece que irá en la línea de lo que marca el documento de consenso firmado en julio de 2010 por las comunidades autónomas y Sanidad, según el cual no podrá haber nada con más de 200 calorías, más de 0,5 gramos de sal, ni, por supuesto, que lleve algún ácido graso trans (excepto los que tienen de forma natural los lácteos o productos cárnicos). Así, en el recreo tocará comer fruta, bocadillos no envasados -al estar compuestos de pan mayoritariamente no ofrecen un aporte excesivo de grasas, azúcares y sal, sostiene Sanidad- o zumos. Y mucha agua. Preferiblemente no embotellada, dice Sanidad. Respecto a los menús escolares, la ley establece que tendrán que ser sanos y ser diseñados por expertos en nutrición. En las instalaciones que lo permitan, se cocinarán menús adaptados a las necesidades especiales de los alumnos que padezcan alergias e intolerancias alimentarias. El 17% de la población adulta y el 13,9% de los niños españoles son obesos, según el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Obesidad y Nutrición (Ciber-Obn). Y las cifras no cesan de crecer. Tanto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha bautizado esta patología como «la primera epidemia no vírica». El tratamiento de las enfermedades derivadas de este problema nutricional supone el 7% del gasto del Sistema Nacional de Salud, unos 2.500 millones de euros.