La cardiopatía isquémica es la principal causa de enfermedad global en el primer mundo. Una de sus causas fundamentales es la obesidad.

Si resolvemos la obesidad mejoraremos nuestro corazón, pero, ¿cómo podemos hacerlo?.

La importancia de nuestro corazón

Con solo 300 gramos de peso, el corazón rivaliza con el cerebro como el principal órgano del ser humano.

El corazón es el músculo que más trabaja del cuerpo, y también el único que nunca sufre agujetas ni cáncer. Al día, hace circular 7.000 litros en 100.000 latidos a una velocidad de 2 kilómetros por hora. Al final de nuestra vida, ese musculito de 300 gramos habrá movido 450 toneladas de sangre en 3000 millones de latidos. Sólo por eso, se merece nuestro respeto, y qué mejor respeto que cuidarlo.

 

¿Qué pasa en mi corazón si sufro obesidad?

Si sufro obesidad ocurren 3 cosas:

  1. Sobrecarga: el corazón como bomba sigue siendo el mismo, pero necesita mover más sangre a más volumen de tejido. A esta sobrecarga reacciona (como cualquier músculo) aumentando su tamaño, sobre todo en el ventrículo izquierdo. Este corazón “cachas” aguanta mientras somos jóvenes, pero puede entrar en fatiga precoz, a eso lo llamamos insuficiencia cardíaca.
  2. Hipertensión: por mecanismos no relacionados –en parte- con el corazón, la obesidad suele generar hipertensión, lo que supone un aumento significativo del trabajo cardíaco. Más sobrecarga todavía.
  3. Cardiopatía: el corazón se vuelve “viejo”, es decir, tiene una edad superior a la real, porque las arterias que lo alimentan se van obstruyendo por la arterioesclerosis y porque el músculo se va deteriorando.

Un seguimiento a lo largo de 26 años de los participantes en el Framinghan Heart Study demostró que la obesidad es un importante factor de predicción de la enfermedad cardiovascular, independientemente de otros factores como la edad, niveles de colesterol, diabetes, etc.

Además, la obesidad se asocia a otros factores de riesgo que también influyen en la mortalidad cardiovascular como la hipertensión, hipercolesterolemia y la diabetes (Kannel. Am J Cardiol 2002;90: 697-701).

 

Después de las malas noticias necesitamos ayuda: ¿Cómo podemos mejorar la “edad” de nuestro corazón?

Tenemos buenas noticias. La pérdida de un 10% del peso corporal, dejar de fumar, caminar regularmente y cuidar la tensión arterial y el nivel de colesterol y triglicéridos mejoran sensiblemente la función cardíaca. Los endocrinólogos, internistas, nutricionistas y psicólogos de los hospitales HLA de Madrid y Murcia e IMED Valencia donde trabajamos pueden ayudarte.

Pongámonos en un escenario peor, supongamos que padezco una obesidad muy importante y sufro una cardiopatía grave. ¿qué puedo hacer entonces, hay alguna solución?.

Aquí es donde los equipos especialistas en cirugía de obesidad podemos ayudarte.

La cirugía de la obesidad mórbida en pacientes con cardiopatía puede realizarse en más del 90% de casos. Pero, ¿qué resultados tiene esta cirugía en lo que a mejora de enfermedades cardíacas –y otras- se refiere?

En una serie personal de este cirujano (ver gráfico abajo) de 1500 operados de obesidad, el 14% (210 casos) referían patología cardíaca de algún tipo antes de la cirugía. De ellos, el 62% de ellos, al año de la cirugía, habían dejado de tener síntomas y de necesitar medicación para su cardiopatía.

Hay evidencia de que incluso en los casos con cardiopatía dilatada, en muchos de ellos la ecocardiografía de control tras la cirugía muestra una normalización de la anatomía y función cardíacas.

 

Sea cual sea tu peso, y como esté tu corazón, podemos ayudarte. El resto está en tus manos.

 

Fdo. Dr Miguel Ángel Escartí

Experto de Cirugía de Obesidad y Diabetes

Área de Cirugía Bariátrica y Metabólica

Hospitales HLA Moncloa (Madrid), HLA La Vega (Murcia), IMED Valencia