El trastorno por atracón es el desorden alimentario más prevalerte (2-3%), que afecta frecuentemente a personas con obesidad (40%). Se caracteriza por la sobreingesta de alimentos -generalmente muy calóricos- en poco tiempo, además de por la pérdida de control del paciente al comer y suele ir asociado a sentimientos de culpa tras la sobreingesta. A diferencia de la bulimia, el trastorno por atracón no conlleva las denominadas conductas purgatorias que indiquen signos externos claros del trastorno (analítica que advierta de la toma de laxantes o diuréticos, esmalte de los dientes dañado por el vómito, o callos en las manos de inducirlo), y es más difícil de identificar.
Más de la mitad de estos pacientes presenta sintomatología depresiva, tiene problemas de autoestima y la mayoría de ellos no reconoce el trastorno por vergüenza. Los modelos estéticos predominantes en los últimos años son muchas veces origen de dietas y conductas restrictivas, que a menudo son consideradas causa o desencadenantes del trastorno por atracón. En el manejo del paciente que come compulsivamente grandes cantidades de comida a escondidas o también de noche (atracón nocturno) en un corto periodo de tiempo, es importante restablecer su peso saludable, tratar las complicaciones físicas y psicológicas, prevenir las recaídas y atender al origen del trastorno. Es muy importante motivar al paciente a ir dando pequeños pasos en la lucha contra el su problema, que llega a superarse por el 80% de los pacientes.
En los pacientes con trastorno alimentario asociado a depresión que reciben tratamiento con terapia cognitivo-conductual y sin antidepresivos remite el 39% de los pacientes, mientras que en los tratados solo con antidepresivos remite el 20% y además hay más abandonos de la terapia. En los casos en que se reciben las dos terapias combinadas remiten el 42% (sólo 3% más que los tratados únicamente con terapia psicológica) y también presentan más abandonos, según datos de la revisión sistemática de tratamientos elaborada por el centro Cochrane, organización internacional independiente sin ánimo de lucro dedicada a la actualización de información sanitaria. Por tanto reforzar el tratamiento psicológico en estos pacientes es fundamental para su recuperación, como lo es la educación sanitaria para la prevención de estos trastornos y la recuperación de una correcta conducta alimentaria, aspectos estos últimos de suma importancia. La última Encuesta Nacional de Salud refleja que los índices de obesidad han aumentado más de un 2% hasta alcanzar el 15,6% para los hombres desde 2003, y un 1,3% para las mujeres que llega al 15,2% y es por primera vez desde 1987 más bajo en ellas. El sobrepeso afecta al 44,7% de hombres y al 29,4% de las mujeres españolas, según datos de la Encuesta.
Fuente: Infomedpress