Como sabéis el balón gástrico o intragástrico es una técnica bariátrica de restricción temporal del volumen del estómago, que se realiza por endoscopia, es decir, por la boca, con el paciente dormido.
El paciente cuando lo lleva come menos porque nota una saciedad precoz y tiene enlentecido el vaciamiento gástrico.
Se utiliza en obesidades de grado I ó II. Su objetivo es modificar los hábitos alimentarios y de estilo de vida del paciente con la ayuda del equipo de nutrición, psicología y preparador físico.
Actualmente, los balones que más utilizamos son el de 6 meses y el de 1 año ajustable, y es habitual que nos pregunten en qué se diferencian.
Ambos se parecen en que se llenan con 600-650 de suero fisiológico (es decir, tienen el mismo volumen) y se colorean con una sustancia llamada azul de metileno, de modo que si el balón fuga el paciente orina de color verde (azul+amarillo). Esta circunstancia es excepcional.
En este enlace de nuestro canal youtube podéis ver un curioso caso de recambio de balón de 1 año que tuvimos hace poco porque estaba rota la válvula de llenado (https://www.youtube.com/watch?v=FGHacVzrOgM).
Tanto el balón gástrico de 6 meses como el ajustable de 1 año están aprobados por la FDA americana y las Agencias Europea y Española del Medicamento.
Pero, ¿en qué se diferencian?.
Ambos pueden producir el mismo cuadro de vómitos y molestias de 2 días de duración tras su colocación (7 de cada 10 casos), ya que esta reacción depende del volumen de llenado y éste no varía en ambos modelos.
La diferencia esencial radica en que el de 1 año nos da más tiempo para modificar hábitos alimentarios y de estilo de vida.
En el caso del balón de 6 meses, a partir de este plazo puede romperse su pared, al deteriorarse la silicona por el ácido del estómago (por eso mientras se lleva cualquiera de los balones hay que tomar una dosis de omeprazol al día). El hipotético riesgo de esta situación sería que se desplazara del estómago al intestino causando una obstrucción intestinal. Hay muy pocos casos descritos de este tipo en el mundo.
El balón de 1 año tiene 2 características que permiten mantenerlo ese plazo: por un lado su pared es más gruesa y resistente al ácido, por otro lado, en el interior lleva un elemento elástico que al colocarlo en el estómago adopta una forma circular cuyo diámetro es superior al píloro por lo que aunque se deshinche no puede migrar del estómago.
El balón de 1 año que se coloca en la actualidad es también “ajustable” (el modelo que se coloca en todo el mundo es el Spatz 3 ®). Inicialmente, la estrategia “ajustable” propuesta por los ingenieros del balón ajustable era que se colocara con un volumen de 400 cc, con lo que la incidencia de vómitos sería mucho menor, y a los 4 meses, cuando se hubiera producido una cierta adaptación al balón, llenarlo hasta 650 cc dándole otro “empujón” a la restricción del paciente.
Nuestra experiencia y la de otros grupos ha demostrado que tal efecto “empujón” es mínimo o nulo, por lo que decidimos llenarlo con 650 desde el principio. Sin embargo, esta válvula de llenado sí permite que si el paciente llega a presentar vómitos muy intensos y repetidos (4% de casos), en lugar de tener que retirarlo como en el caso del de 6 meses, nos permite deshincharlo parcialmente, mejorar los síntomas y rellenarlo unos meses después.
Ambos balones (de 6 meses y 1 año) producen una pérdida de peso semejante (80% del exceso de peso con IMC (índice de masa corporal antes de colocar el balón) de 30, 60% con IMC 31-35 y 40% con IMC 35-40), aunque en nuestra experiencia los de 1 año producen algo más de pérdida de peso (2-3 kg).
En la última revisión de nuestra experiencia en IntraObes en balones (todos de 6 meses), sobre 315 casos, los pacientes con IMC entre 28 y 35, perdieron una media de 14,8 kg (58% del exceso de peso inicial) y los pacientes con IMC entre 35 y 40 perdieron una media de 17,3 kg (40,2% del exceso de peso inicial).
Ambos balones se colocan y retiran con sedación o anestesia general breve, de modo que tanto en la colocación como en la retirada el paciente puede marcharse a casa en 1 hora aproximadamente.
Ambos balones son buenas opciones terapéuticas y –por poner un ejemplo- se colocan en Francia o Alemania de manera sistemática en pacientes con IMC 30-35 que por ejemplo sufren hipertensión con mal control. No son muy útiles para controlar la diabetes que –desgraciadamente- requiere cirugía metabólica.
Finalmente, comentaros que el programa de balón de 1 año tiene un coste ligeramente superior porque la prótesis cuesta el doble y también son mayores el número de visitas de especialistas (cirujano, psicología, nutrición) que el paciente necesita.
En cualquier caso, recordad que en el balón la clave es el trabajo del paciente para modificar sus hábitos alimentarios y de estilo de vida.
Espero que esta nota os sea de interés.
Dr. Miguel Ángel Escartí.
Cirujano Bariátrico y Metabólico