Cuando un paciente se opera, debe comprender que en adelante su nuevo estómago será más pequeño que antes y por tanto, le cabrá menos comida. Para ello, tiene que aprender a reconocer la ración de alimento que le cabe en el plato y en su estómago. Comprará una báscula de cocina para pesar los alimentos, porque es el mejor método para saber cuánto pesa por ejemplo: una patata pequeña, un puñado de arroz o un filete de carne. MIENTRAS NO PESE, NO RECONOCERÁ SU RACIÓN, le llevará a comer más cantidad, sobrecargando el nuevo estómago, lo que va en contra de la intervención.