Algunos aspectos psicológicos y determinadas formas de comportamiento están muy relacionados con el aumento de peso y la obesidad. La evaluación de estos aspectos (como por ejemplo, comer ante el aburrimiento, la ansiedad o la tristeza; una baja motivación ante la modificación de hábitos alimentarios, etc.) es muy importante, porque si no los conocemos y tratamos de modificar, no obtendremos los resultados que deseamos tras la intervención.
Además, también es muy importante identificar si existen determinados trastornos psicológicos, ante los que no es recomendable llevar a cabo la intervención (por ejemplo, trastornos de la alimentación graves).
En general, la evaluación previa es una forma de acercarnos al paciente, y conocer de qué modo y en qué aspectos vamos a ayudarle en su proceso de perdida de peso y cambio de hábitos alimentarios.