Un desayuno equilibrado es fundamental para prevenir la obesidad infantil: un niño que no desayuna llegará con mucha hambre al almuerzo o a la comida, y con mayor probabilidad ingerirá una mayor cantidad de alimentos altamente calóricos.
A pesar de ello, un 6,2% de los niños y adolescentes salen de casa sin tomar nada y alrededor del 19% únicamente toma un vaso de leche. Además, un 40% de los niños con problemas de sobrepeso u obesidad no desayunan. En España, sólo un 7.5% de los niños toma un desayuno equilibrado.
Según los expertos en nutrición, en el desayuno se debe ingerir alrededor del 25% de los nutrientes diarios. Se aconseja tomar un lácteo (un vaso de leche, yogur, etc.), un cereal (cuatro galletas, dos rebanadas de pan, 30 gramos de cereales) y una fruta o zumo natural.