Cualquier persona tiene mucho más riesgo de ser obeso si tiene un amigo, una esposa o un padre con sobrepeso. La obesidad es contagiosa, lo han demostrado varios estudios científicos en los últimos años. Pero, al parecer, también se ‘transmiten’ los efectos positivos de la cirugía de la obesidad. John Morton, de la Universidad de Stanford, en California (EEUU), acaba de constatar en un estudio que los familiares de los pacientes que se someten a un ‘by pass’ gástrico (técnica quirúrgica que permite la restricción de la ingesta de alimentos y la disminución de su absorción) también pierden peso y, además, adoptan estilos de vida saludables. Publicado en el último ‘Archives of Surgery’, el estudio ha sido llevado a cabo con 35 pacientes y 35 familiares, además de 15 de los hijos, menores de 18 años. Antes de la intervención, el 60% de los familiares adultos y hasta el 73% de los niños eran obesos. Tanto pacientes como familiares (tenían que vivir en el mismo domicilio) recibieron tres sesiones educativas antes de la intervención y, posteriormente, tras la cirugía, acudieron a varias sesiones donde repasaron los estilos de vida adoptados a lo largo del año de seguimiento que duró la investigación. «En cada visita clínica, se proporcionó tanto a los pacientes como a los familiares la dieta estándar y el asesoramiento sobre el estilo de vida que acompaña a la cirugía bariátrica. En dichas recomendaciones se hace especial énfasis en seguir una alimentación rica en proteínas y fibra, y baja en grasas y azúcares, con comidas pequeñas y frecuentes. Asimismo, se recomienda la actividad física diaria, dormir ocho horas, beber alcohol con moderación y no ver más de dos horas diarias de televisión», reza el ensayo. Entre los datos obtenidos en la investigación destaca «que la pérdida de peso se produjo tanto en los familiares adultos no obesos, como en los que sí tenían sobrepeso. Al parecer, la reducción de kilos observada entre los miembros de la familia fue de un 3% del total del peso corporal… Los datos sugieren que la convivencia con un paciente que se somete a un ‘by pass’ gástrico y la realización de un plan de dieta estructurada, junto con el intervenido, puede tener un efecto en el peso de los miembros de la familia. Estos últimos afirmaron, además, que comían mucho menos de forma incontrolable», reconocen los investigadores. Otro efecto colateral de la cirugía bariátrica fue el cambio en los hábitos de vida. «Los menores de la investigación además de reducir el tiempo de horas delante de la televisión, incrementaron su actividad física», agregan. El estudio «es muy interesante y constata que los hábitos adquiridos por un miembro de la familia influyen en los demás. El ‘by-pass’ gástrico logra una pérdida intensa y duradera, pero requiere de un cambio en los estilos de vida. Precisamente, estas modificaciones suelen producirse durante el primer año, cuando el paciente está muy motivado, el problema es que luego algunos se relajan y vuelven a abandonar la dieta mediterránea y a comer fritos, alcohol y dulces… La información y la educación a los pacientes es fundamental para mantener los efectos de la cirugía y luchar contra la obesidad».
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